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La normalización de la pederastia

Para muchos, la pederastia es algo que llevan a cabo de forma residual unos cuantos lobos solitarios. Sin embargo, la pederastia no es solo el delito más grave que alguien pueda cometer, sino que se perfila como una nueva orientación sexual que se impone a la sociedad occidental de forma sibilina.



Contenido

Introducción

Técnicas, manipulaciones y maniobras de adoctrinamiento

- La ventana de Overton

- El primado

- Promoción del Ideario Pederasta

Lenguaje

La pederastia es un ismo más

- La reactancia

- La espiral del silencio

- La repetición

- La técnica de la estigmatización

Por un mundo mejor



Introducción


Hoy hablamos de la imposición de lo que llamamos “la agenda pederasta” en todo Occidente, un ataque directo a la infancia del que muchos aún no se han apercibido. Vamos a hacer una disección profunda de lo que está pasando con respecto a la normalización de la violencia sexual en la niñez aportando algunas soluciones al problema.


Desde hace varios años ya, algunos venimos informando del avance de esta agenda pederasta que tiene como objetivo final normalizar la pederastia e institucionalizarla. Para hacerme entender cuando hablo de institucionalizar algo, vamos a recurrir a la RAE. En su segunda acepción del término institucionalizar, la RAE dice: “Conferir el carácter de institución.” Y si buscamos el término institución, en su segunda acepción encontramos: “Cosa establecida o fundada”. En pocas palabras, lo que esto significa es que la agenda pederasta se basa en última instancia en establecer la pederastia como “cosa establecida o fundada” en las sociedades occidentales, haciéndose extensible después al resto del mundo. Hablamos de reglamentar, de legalizar y de normalizar el comportamiento de los pederastas y hacerlo extensivo a toda la población.


Muchos dirán que esto no es posible, que la gente nunca va a aceptar la pederastia como algo normal y establecido en la sociedad; que nos rebelaremos ante esto y que no se lo permitiremos. Me alegraré mucho si así ocurre, pero lamento tener que decir que esto ya está ocurriendo y que nadie lo está parando. Y esto es así porque cuando les sugieres esta idea a las personas, lo que piensan es que llegará alguien e intentará imponer la pederastia de repente y a la fuerza, de forma abierta y descarada. En realidad, eso no tiene nada que ver con la forma real en la que está ocurriendo. La formalización de la pederastia como algo aceptable en nuestras sociedades se está llevando a cabo de forma encubierta y disimulada, y por eso no hay tantas resistencias.


En muchas entradas de mi blog y en diferentes podcast he explicado hasta qué punto el ser humano vive disociado y sin poder ni control sobre sus propias decisiones. Es demasiado fácil controlar y manipular a la población mundial y dejarlos que vivan con la sensación de ser libres y de estar luchando contra algo intolerable porque comparten una publicación en sus redes sociales, o porque dejan su firma en una plataforma de recogida de firmas en internet o porque “luchan” para la creación de nuevas leyes (que no nos hacen falta) o porque salen a manifestarse y a mover pancartas por la calle...


La realidad es que ninguna de estas acciones sirve para gran cosa, y la prueba es que la mayoría de los pederastas hacen lo que quieren en este mundo sin que nadie se lo impida, y aunque suene duro (la realidad del ser humano es dura), aprovechan que tú estás distraído creyéndote que luchas contra algo en las redes sociales o donde sea para seguir violando a menores; traficando con ellos; haciendo pornografía infantil; lucrándose con la prostitución infantil, etc., etc. Porque todas estas violencias están vinculadas al abuso infantil.




Técnicas, manipulaciones y maniobras de adoctrinamiento


Vamos a hacer una descripción de las técnicas que se usan para adoctrinar a la población y vamos a explicarlas con ejemplos reales que están ocurriendo hoy día. La mayoría de estas formas de manipulación son cosas que ya habrás leído en mi web si me sigues hace tiempo, pero en lo que respecta a la manipulación de la población siempre se usan las mismas técnicas. Además de explicar lo que ocurre, voy a aportar algunas soluciones que creo que pueden funcionar y que no son difíciles de llevar a la práctica. Vamos a verlo.


- La Ventana de Overton

La teoría de la ventana de Overton nos explica que existe un espacio psicológico que hace posible que una idea que en un momento dado ha sido impensable pueda ser aceptada por la población. En el espacio imaginario de esta ventana estarían las ideas que son aceptables y fuera de ese espacio estarían las ideas que son inaceptables. Se trataría de hacer entrar a la población en esa ventana y obligarnos a aceptar cosas que en realidad son intolerables.


Esquema de la Ventana De Overton
Esquema de la Ventana De Overton

Aquí habría que aclarar que el hecho de aceptar un comportamiento concreto porque nos hayan manipulado para entrar en ese espacio de aceptación no significa que ese comportamiento se haya transformado en algo aceptable de repente. Sigue siendo intolerable e inaceptable aunque permitamos que ocurra.


Las ideas que tienen que entrar en la ventana se inducen primero con primado de forma lenta pero estable, gota a gota, hasta que ese primado ya toma la forma de argumentos y de ideas firmes. Esas ideas van siendo cada vez más radicales, pero al mismo tiempo mejor toleradas, hasta que entramos del todo en la ventana de Overton habiendo aceptado cosas que unos años antes eran impensables. Es un proceso lento que suele llevar años, pero también depende de la población. En una población humana tan disociada como la que tenemos actualmente, no haría falta tanto tiempo para instalar una nueva idea como aceptable en las cabezas de la gente, aunque también pueden cometer errores si aceleran el proceso como veremos después.


- El Primado o imprimación

Para hacer entrar a la población en esa ventana de Overton y hacer que acepten lo inaceptable, lo que hacemos es usar el primado, entre otras técnicas. Recordemos que el primado es una técnica de manipulación psicológica que trata de la creación de la sensación de familiaridad en las personas exponiéndonos a estímulos con anterioridad. Es decir, si quiero romper las resistencias de un grupo de personas a una idea intolerable para ellos lo que hago es exponer a estas personas a estímulos vinculados a esa idea para que se acostumbren. Estoy creando una sensación de familiaridad a futuro. Esto es fácil de hacer gracias a la disociación. He hablado del proceso de disociación cerebral de forma transversal en mi web. Una de las consecuencias de la disociación sería la de ser muy fácilmente manipulable. El cerebro disociado es un cerebro sin filtros donde la información pasa al subconsciente de forma automática sin barreras y donde queda fijada de forma estable y duradera; todo lo que registramos en ese estado quedará grabado de forma subliminal y hará las veces de una programación mental, como al programar un ordenador. La disociación se genera con trauma entre otras cosas, y si entendemos que la población humana al completo tiene hoy día un alto nivel de trauma, entenderemos lo fácil que resulta inducirnos una idea concreta.


En otra entrada explicamos cómo se usó el primado durante años para inducir a la población la idea de un apocalipsis infeccioso causado por un virus. En el caso de la normalización de la pederastia se hace también a través de la pantalla, entre otras cosas. Desde hace décadas estamos expuestos a series de televisión y películas en las que vemos a menores de edad conviviendo con uno o varios hombres, sin sus madres. La desaparición de la madre en la pantalla es otro fenómeno digno de mención del que quizás hablaremos más adelante. En el contexto en el que nos movemos podemos afirmar que la madre le molesta a un sistema social pederasta. Por un lado se necesitan madres para parir, pero solo para eso. Las madres serían solo las portadoras de las criaturas que luego pertenecerán a los hombres, y no necesariamente a los padres. En muchas de estas series y películas, los hombres con los que se crían estos menores ni siquiera son familiares suyos. Algunos son heterosexuales y otros homosexuales, pero son siempre hombres, con alguna mujer en un papel secundario pero sin madres o con madres disfuncionales a las que nos inducen a rechazar. Lo que vemos en estas producciones audiovisuales es un primado que vincula de forma constante al menor con los adultos hombres, a menudo en condiciones y escenas tendentes a la interpretación, o descaradamente haciendo apología de la pederastia, sin paliativos.



Y con esto no queremos decir que los hombres no puedan estar con sus hijos o que “todos los padres sean pederastas”. No pretendemos hacer una vinculación entre el padre y el pederasta, como si quisiéramos acusar a todos los padres de ser eso. Es cierto que, como ya explicamos en otra entrada, en la mayoría de los casos de abuso sexual intrafamiliar el pederasta es el padre, pero también hay que aclarar que estos hombres en realidad no son padres a los que les da por abusar de sus hijos, de hecho, no son padres, son solo pederastas que se unen a ciertas mujeres para poder tener unos hijos de los que abusar. Son pederastas camuflados de padres; el padre de verdad no abusa de sus hijos.


Otra forma de inducirnos la idea de que no pasa nada porque un adulto tenga una "relación sentimental" con menores es la de forzar imágenes en las que vemos estas relaciones en contextos justificadores de estas situaciones. Por ejemplo, en una serie de televisión (cuyo nombre no nos importa) vemos al protagonista hombre viajar en el tiempo hacia atrás y encontrarse con su esposa cuando esta es solo una niña de 5 años. En una escena que pretende ser tierna vemos cómo el protagonista se acerca a la niña y le dice que la quiere, de la forma en la que un adulto le dice eso a otro adulto, es decir, con un contenido de amor entre adultos que no procede cuando hablamos de niños. En esa escena (y muchas similares) entendemos de forma subliminal que ese adulto está “casado” con esa niña, que ella es su esposa y que esa es una relación de amor romántico.


Otra escena justificadora, en este caso sexual entre un adulto y una niña, la vemos en otra serie histórica en la que un rey debe tener relaciones con su nueva esposa para sellar el matrimonio. El problema es que la esposa es una niña. Sabemos que antiguamente los reyes se casaban muy pronto, pero sabemos también que había una edad antes de la cual no se toleraba que se tocara a un menor. Se puede decir que en ese sentido se respetaba más la infancia que hoy. En la serie la menor no ha llegado todavía a esa edad pero esto a los directores o guionistas no les importa. Lo perturbador de la escena es que el hombre tiene escrúpulos a la hora de acercarse a su esposa-niña porque la ve muy joven, hasta que es la propia niña la que se le ofrece sexualmente. Todo se justifica puesto que por razones políticas a la niña le interesa sellar el matrimonio con ese rey y todo está encuadrado dentro de una trama en la que la escena parece que encaja de forma natural, pero no deja de ser una escena sexual entre un adulto y una niña en una serie histórica donde no esperarías encontrarte algo así. Y ahí está el truco, y es que estas escenas adoctrinadoras acaban apareciendo donde menos lo esperarías. Eso es primado.



Muchas personas me dirán que exagero y que veo cosas donde no hay nada, pero tengamos en cuenta que hablamos de primado, y por lo tanto, tiene que ser subliminal y disimulado, de forma que no te des cuenta, es un mensaje directo a tu subconsciente y por eso funciona. En cualquier caso, acepto que me algunos me consideren una chalada por decir esto, como el peaje que tendré que pagar, si con ello consigo abrirle los ojos aunque sea a una sola persona.


El primado de la pederastia no acaba aquí. Hay muchas ideas que están en la sociedad que aparentemente no se vincularían con la normalización de la pederastia, pero sospechamos que no han aparecido por casualidad. Por ejemplo, la retórica de la autonomía de los menores que va en la línea de que los menores deben ser independientes de sus padres, o que los hijos no pertenecen a sus padres. Supongo que habréis oído alguna vez el poema de Yibrán Jalil, que se volvió a poner de moda hace años y que dice: Tus hijos no son tus hijos/son hijos e hijas de la vida/ deseosa de sí misma/No vienen de ti, sino a través de ti/y aunque estén contigo/no te pertenecen.


La intención del poeta al escribir estos versos en 1923 sería muy otra, pero en una época en la que los padres y madres parecen sobrar pueden prestarse a malas interpretaciones. El mensaje está claro: los menores no pertenecen a sus padres sino al estado o a las instituciones, o a la vida misma. A cualquiera menos a sus padres. Y este mensaje está también en la televisión y está calando muy hondo, aunque de forma mucho más subliminal que el resto de los mensajes. Cada vez hay más series y películas que nos muestran a menores de edad viviendo solos.


En este caso lo que nos quieren inculcar es que los menores son capaces de vivir solos y que no les pasa nada, es más, pueden hasta tener más éxito que estando con sus padres. Además de lo ilógico de esta idea, pensemos a quién beneficiaría que se pusiera de moda que los niños vivieran solos o en comunidades de niños, sin sus progenitores. Desgraciadamente, ya estamos acostumbrados a esa imagen; ya muchos menores se crían solos porque los progenitores no están o están trabajando. Y lo peor que nos puede pasar como sociedad es que nos acostumbremos a eso.



Encontramos otro primado que utiliza a los adolescentes y que va en la misma línea que el anterior, y es la promoción de la idea de que los adolescentes ya son adultos, y que es normal que tengan relaciones con adultos de verdad. O que una relación de un adulto con un adolescente es normal y que no pasa nada por eso. Entendemos que una relación de una menor de 17 años con un joven de 21 es normal, y que aunque ella sea menor, la diferencia de edad entre ellos es lo que todos comprendemos como una relación normal entre adolescentes o jóvenes adultos. Ahora bien, cada vez es más recurrente la imagen de un chico muy joven con un adulto, en este caso en relaciones homosexuales. Hablaremos más adelante de la homosexualidad y su conexión con la agenda pederasta. Por supuesto hay que decir que esto no lo vemos solo en relaciones homosexuales ni lo vemos solo en la pantalla en ficción. En la vida supuestamente real también aparece y además está muy tolerado por la sociedad, desgraciadamente. Estoy pensando en una pareja que se formó hace muchos años en España, con un cantante que en aquella época tenía 25 años con una niña de 14 que empezaba a despuntar como, dicen, actriz. Y aquí no pasó nada. Lo aceptamos como una relación normal cuando eso no tiene nada de normal. Eso es un primado claro. Solo tienes que preguntarte qué puede ver un hombre de 25 años en una adolescente de 14. A los hombres normales de más de veinte las adolescentes de catorce años no les interesan. Solo hay un tipo de hombre que ve atractivo en los menores.


El primado con los adolescentes va en la línea de diluir la distancia que separa al menor del adulto, como ya comentamos en el ideario pederasta, del que vamos a hablar después. Pero es un truco fácil de desbancar o refutar. Ellos se apoyan en la argumentación de que el adolescente ya sabe lo que hace porque ya es como un adulto, pero tengamos clara una cosa, si en realidad los adolescentes fueran como adultos, a los pederastas no les atraerían. De hecho, ocurre en muchos casos que el pederasta-padre deja de abusar de sus hijas cuando estas tienen su primera regla. Hay algo infantil en el adolescente que a los pederastas les gusta mucho. Si hay tanta insistencia en hacernos creer que los adolescentes ya pueden decidir y son autónomos, no es porque consideren que son adultos, sino porque esa es la puerta de entrada a otro tipo de abuso más macabro, que es el de los adultos con niños mucho menores, de once años, o de siete, o de cinco o de tres o con bebés. Todo esto ya ocurre, y

la pederastia de hecho cada vez es más macabra y los pederastas cada vez buscan a víctimas más pequeñas. Se ve pornografía infantil con bebés recién nacidos. Y ese es el objetivo final, que tú aceptes todos los tipos de pederastia con la excusa de que el adolescente ya puede elegir. Ellos a ti te venden la imagen del adolescente independiente y maduro, cuando lo que está ocurriendo en realidad tiene más que ver con barbaridades que les hacen a los niños pequeños.


Continuando con el primado, hablábamos antes de un ejemplo de primado que sale mal porque se adelantan demasiado en el tiempo al intentar incluirlo en la ventana de Overton. A comienzos de año se publicó un artículo en el diario El Español titulado Aceptemos al pedófilo para que no abuse de niños.



Este artículo fue un intento de primado cuyo mensaje era la aceptación del pedófilo tal y como es, sin obligarlo a hacerse responsable de su problema ni a cambiar (como entendemos que debería ser), con el riesgo que eso implica. El problema de la pedofilia se puede abordar de muchas maneras, pero como vemos aquí no se trata de arreglarlo, sino de normalizarlo. Este artículo ya ha sido retirado, quizás por las quejas de los valientes lectores, y si ese fuera el caso, nos serviría de ejemplo para mostrar que cuando estas cosas se denuncian, paramos el avance pederasta. En este caso, se puede entender como un error de cálculo el intentar hacer entrar a ese público en particular por la ventana de Overton en ese momento. Si el diario retiró el artículo por quejas de sus lectores, es una clara señal de que se adelantaron en el tiempo, y que ese público no estaba preparado para aceptar algo así. Uno solo de estos errores nos puede ayudar mucho a las personas que intentamos salvaguardar a la infancia. Da ejemplo a otros de cómo hacer las cosas cuando esto ocurra (es decir, denunciar y exigir su retirada), y eso queda en la memoria para futuros ataques. Es una forma de educar a las personas sobre cómo actuar ahora y siempre.


- Promoción del Ideario Pederasta

Continuando con las técnicas de manipulación, vamos ahora con el Ideario Pederasta. Este ideario lo describí en detalle en una de mis entradas más famosas sobre la pederastia. Sería una recopilación de argumentos, falacias y trucos que usan los pederastas y sus afines para justificar su comportamiento. Se usa para manipular la percepción de la población sobre los abusos sexuales y se vale de todas las técnicas de manipulación expuestas aquí. Utiliza el primado y la presión social para que aceptes lo inaceptable. Por eso es muy relevante para lo que explicamos aquí hoy.



Lenguaje

Uno de los pilares del ideario es la manipulación del lenguaje a través de la cual nos inducen expresiones como “relaciones sexuales con menores” o similares, en lugar de hablar directamente de “violencia sexual contra la infancia”, “violación a un menor”, “abuso sexual infantil” o “pederastia”, que serían los términos correctos para utilizar. El uso de estas expresiones también sería una forma de primado, que en principio pasa desapercibida para la población pero que se introduce subliminalmente en su vocabulario.




Un primado muy claro que yo he visto en lo que respecta al lenguaje se basa en el uso de la expresión: El amor es amor, que se ha repetido hasta el hartazgo en lo referente a la homosexualidad. Es decir, no importa si tienes una relación heterosexual u homosexual, si amas a tu pareja, perfecto. Y así es, siempre y cuando hablemos de adultos que consienten. Ahora bien, de forma

disimulada esta oración ha ido cruzando la línea y ahora la usan pedófilos y pederastas para justificar su forma de comportarse. Y como primado que es, se ha infiltrado bastante bien en la población. Además, al estar vinculado a la homosexualidad muchas personas tendrían reparos en alegar algo en contra de esta sentencia y eso es un problema. Aquí no hay lugar para la corrección política. No debemos autocensurarnos cuando queremos luchar contra la pederastia y su normalización. No ofendes a ningún homosexual por decir que: El amor no es amor cuando se trata de pederastia. La pederastia y la pedofilia son violencias sexuales contra la infancia.


Otra forma de manipular el lenguaje para hacer entrar la pederastia es a través de los términos inclusión y diversidad. El ciudadano medio que está sometido al constante bombardeo de publicidad por la inclusión y la diversidad probablemente no ve el verdadero interés de hacer sonar estas palabras de forma incesante. Al hablar de inclusión nos presentan a diferentes grupos de personas supuestamente reprimidos, victimizados, estigmatizados o excluidos por alguna razón. Entre estos grupos hay a veces individuos de lo más bizarro y extraño, suponemos que para ensanchar esa ventana de Overton en donde todo cabe, y no es difícil observar cómo en esta área también vamos cruzando la línea cada vez más rápido. Si aceptamos la inclusión de individuos que se consideran ciervos o gatos, por qué no incluir a individuos que se ven atraídos por menores, es decir, a pederastas. Es solo una cuestión de tiempo que los términos inclusión y diversidad se usen para defender a los pedófilos y luego a los pederastas, y se exigirá que se respete su forma de vida como cualquier otra en el nombre de la inclusión. Y si no me creéis, dadles solo un poco de tiempo.

La pederastia es un ismo más

Y enlazando con la homosexualidad, otro de los pilares básicos del ideario pederasta es que “La pederastia es un ismo más”. Cuando decimos “ismo” nos referimos a la forma occidental de clasificar a los diferentes grupos humanos. Por ejemplo, el feminismo sería el ismo que practican las personas feministas; el capitalismo sería el ismo que practican las personas capitalistas, etc. En ese sentido, la pedofilia primero y la pederastia después pretenden ser incluidas como unos ismos más, en este caso dentro de las categorías de los grupos llamados LGTBQ+. El objetivo final sería el de convencernos de que el grupo de los violadores de menores es uno más dentro de los diferentes grupos humanos y nada más, algo normal que solo constituiría una preferencia sexual, y no un delito ni un comportamiento patológico ni dañino para los niños. Pero no lo harán de golpe, sino de forma gradual como ya está ocurriendo, primero con la pedofilia, y extendiéndose luego a la pederastia.



Y en ese sentido, lo primero y fundamental es aclarar la cuestión terminológica, es decir, la diferencia entre pedofilia y pederastia. Aunque ya hemos hablado de esto, no está de más. En el mundo hispanohablante existe una gran confusión entre los términos pedofilia y pederastia y la mayoría de las personas usan los términos “pedofilia” o “pedófilo” cuando están hablando de la pederastia en realidad. Y no los culpamos porque aunque parezca increíble, ni siquiera los psicólogos comprenden la diferencia entre ambos.


El pedófilo es aquel agresor sexual que se siente atraído por la imagen de los menores; consumen pornografía infantil y se estimulan sexualmente observando a menores. Muchos pedófilos no pasan de eso, pero muchos otros sí traspasan la línea y en algún momento comienzan a abusar sexualmente de los menores de forma efectiva. El pederasta, sin embargo, es aquel agresor sexual que sí lleva a cabo el abuso; es posible que también consuma pornografía infantil, pero lo que más le interesa es abusar físicamente de los menores, es decir, tocar, violar, o incluso la producción de pornografía infantil o la prostitución de menores.


Aunque algunas personas pueden no considerar peligrosos a los pedófilos, en realidad sí lo son. El pedófilo es el consumidor número uno de pornografía infantil. Si existe una oferta de este tipo de pornografía es porque existe una demanda, y los que demandan este tipo de cosas son los pedófilos. Si además tenemos en cuenta que la pornografía infantil es cada vez más violenta, sádica y satánica, entenderemos que la peligrosidad de los pedófilos va en aumento. Es muy importante entender esto porque esta agenda de la que hablamos aquí para normalizar la pederastia pretende normalizar primero la pedofilia. Y esto se infiltra en la población bajo la premisa de que la pedofilia es menos peligrosa que la pederastia porque “como no tocan a los niños, que solo los miran, no pasa nada porque estén ahí” sin darnos cuenta de la peligrosidad que eso conlleva.


Así pues, es importante dejar claro que el pedófilo no es un pobre hombre que no haga daño a nadie, o que no controle lo que hace o que no distinga entre el bien y el mal. Tampoco es la pedofilia una orientación sexual como lo es la heterosexualidad o la homosexualidad. No debemos permitir que nos intenten convencer de esto. El pedófilo es un agresor sexual y es peligroso. No debemos permitir que se acerque a los menores de edad y es una población que debería estar controlada.


Para mostraros cómo pasan esta idea, aquí van unos extractos de un vídeo de una charla TED que causó escándalo en el 2018 en la que vemos a una joven explicar a la audiencia que tiene un amigo pedófilo que sufre mucho porque la gente lo rechaza, haciendo alusiones continuas a la pedofilia como una orientación sexual más e invitando al oyente a no estigmatizar a esta población. La fuerza de este vídeo está en que las personas del público parecen escuchar sin ofenderse, sin poner reparos y aparentemente aceptando lo que dice la joven. Estas imágenes de personas aparentemente aquiescentes es lo que provoca en este caso que la idea pase sin reparos. Esto vincula con la espiral del silencio de la que vamos a hablar después, y todo quedará más claro. De momento sí quiero señalar que lo pertinente en una situación así es levantarse y abandonar la sala en señal de rechazo. No aplaudir, no compartirlo para hacerlo viral, sino abandonar la sala y hacerle a la joven y a su ideario pederasta el vacío más absoluto. Si otras personas te ven reaccionar así, se unirán a ti y se generará una nueva forma de reaccionar ante estos ataques. Muchas veces las personas no reaccionan porque nadie más lo hace, aunque por dentro lo estén deseando. A veces solo necesitamos una pequeña guía o un ejemplo para decidirnos y actuar. En ese sentido, debes saber que no necesitas esperar a que nadie reaccione: sé tú el primero. Sienta precedente y muéstrales a otros cómo se hace.



Y volviendo a los ismos, comentábamos antes que los movimientos LGTB son la puerta de entrada a la aceptación de este ismo de la pedofilia como una orientación sexual más. Es cierto que los colectivos LGTB se quejan contra esta idea, pero la evidencia habla por sí sola. Y cuando hablamos de evidencia nos referimos a sus eslóganes, banderas y exigencias a la sociedad. Quizás algunas personas del colectivo LGTB no reconozcan al pederasta como uno más de su grupo, pero ciertamente pederastas y pedófilos sí se reconocen como formando parte de este colectivo. O deberíamos decir mejor que se consideran EL colectivo. En otras palabras, se están apropiando del colectivo LGTB.



Solo como ejemplo, hace unos meses Hungría aprobó una ley anti pederastia que protege a los menores de la pornografía en internet, pero los líderes de la Unión Europea se han cebado con el gobierno de Hungría afirmando que esta ley es una ley homófoba anti LGTB, y los grupos LGTB, en lugar de marcar la diferencia entre pederastia y homosexualidad, le siguen el cuento a la UE en su camino a la pederastia institucionalizada. No es de extrañar que cada vez más homosexuales renieguen de los colectivos que dicen representarlos.


En este contexto y volviendo al primado, vemos que estamos expuestos a otro primado aún más subliminal que es el de los símbolos. Para entender esto hay que explicar primero que esta polémica sobre la pertenencia de los pederastas a los grupos LGTB se ha visto avivada en los últimos años con la aparición de diferentes banderas representativas de grupos con orientaciones sexuales diversas. Entre estos grupos existe uno autodenominado MAP, cuyas siglas significan Minor Atracted Person, es decir, Persona Atraída por Menores. No sé cómo se lee eso en tu mundo, pero en el mío se lee: Pedófilo o bien Pederasta. Aquí nos encontramos de nuevo con la manipulación del lenguaje descrita en el ideario pederasta desde el momento en que aquellos que se sienten “atraídos por menores” son los pederastas, es decir, los violadores de menores, al igual que los pornógrafos infantiles, los traficantes de niños, y los perfiles afines. Es un eufemismo para demarcar a un tipo de persona muy específico. Porque una persona atraída por un menor es lo que es. Pues bien, aunque los grupos LGTB no los reconozcan como formando parte de ellos, estos señores MAP sí exigen su inclusión dentro de los colectivos LGTB y que se les reconozca como una orientación sexual más. Como estamos viendo, ya lo tenemos encima…


Existe una bandera creada para estos pederastas camuflados de LGTB, que es casualmente muy similar a la bandera del colectivo Trans. El hecho de que los colores representados en esa bandera sean tan similares y que estén vinculadas a los mismos colectivos causa confusión en las cabezas de la gente. Es un tipo de primado subliminal para que vincules la pedofilia y la pederastia con una orientación sexual más. Y funciona.



Acaba de saltar a las redes hace muy pocos días una noticia de internet que me pasó una amiga. En esta noticia nos explican que han expulsado a un profesor de universidad estadounidense, que se declara no-binario (es decir, LGTB), por hacer apología de la pedofilia afirmando que tenemos que acabar con la estigmatización del pedófilo. Como veis, ellos solos se vinculan a los grupos LGTB. Y como veis también, la técnica es siempre la misma y los argumentos son iguales siempre. No necesitan fórmulas enrevesadas, es una técnica muy sencilla que da resultados muy buenos.


Y una de las razones para que esto funcione es porque provocan reactancia en la gente. Los artículos como este son el tipo de publicaciones que se hacen virales en muy poco tiempo, y aunque os parezca que lo estamos parando, solo lo estamos haciendo más grande. Hacer viral una noticia como esta es una publicidad fenomenal para los violadores de menores. Os utilizan y no debéis caer en esa trampa.



- La Reactancia

La reactancia, de la que también hemos hablado, es una reacción emocional que se despierta en las personas al percibir amenazas. Estas amenazas pueden ir en la línea de la supresión de sus libertades, pero puede tratarse también de cualquier comportamiento antiético o antisocial que amenace la estabilidad de la sociedad como grupo. La reactancia se manifiesta en respuestas emocionales de diferentes tipos, pero siempre exageradas. En la era actual, la reactancia se dispara prácticamente por cualquier cosa, y es muy fácil generarla. Y esto es así porque estas son las reacciones clásicas de las personas desequilibradas, y de eso hoy tenemos mucho… Cualquier pequeña provocación puede hacer que grupos de personas se rebelen en contra y que comiencen a hacer ruido. Es un arma buenísima para hacerse publicidad provocando polémica. En el contexto en el que hablamos se puede afirmar que los pederastas saben cómo provocar a las masas para hacer que sus mensajes se fomenten y se compartan hasta hacerse virales. Ellos solo tienen que pasar el mensaje, por ejemplo en las redes sociales, y esperar a que tú entres en reactancia y reacciones. Cuando tú reaccionas compartiendo una provocación pederasta lo que haces es dispersar ese mensaje por todo internet. Les haces el trabajo de diseminación de su ideario que no podrían hacer de otra forma y haces conocidos a aquellos individuos y asociaciones organizadoras, para que los demás los conozcan y se puedan unir a ellos y hacerse más grandes y fuertes. Volviendo al ejemplo MAP que puse antes, gracias a la gente como mi amiga, que sin mala intención les pasan estas noticias a todos sus amigos, estos grupos de pederastas llamados MAP pueden difundir su ideario por todo internet, haciendo un primado fenomenal a cientos de miles de personas. Los pederastas no son lobos solitarios que actúen de forma errática o caótica. Muy al contrario, son personas que saben organizarse y asociarse para sacar su objetivo adelante. Es importante que la gente entienda que haciendo publicidad de sus símbolos, idearios, banderas, ideologías y eslóganes solo conseguimos que esas organizaciones pederastas crezcan y se hagan globales. Los estás haciendo fuertes.


Lo ideal en situaciones así, si queremos eliminar la provocación, es hacer justamente lo contrario: dejar que pase sin pena ni gloria y no darle ninguna publicidad, no mencionarlo, no informar a nadie, no compartirlo, no pegarlo en tu espacio, nada de nada. Hacerle el vacío más absoluto. De hecho, si yo pudiera recomendarte algo, te invitaría a que te fueras de las redes sociales del todo y que recuperaras tu salud mental. Ahora bien, si quieres seguir en las redes, ten en cuenta que cada vez que compartes un comentario o una imagen de apología de la pederastia o similar, les estás haciendo más grandes y fuertes.


Con respecto a esto, sé que hay varias iniciativas para solicitar al gobierno la inclusión de la apología de la pederastia en el Código Penal español. En realidad la apología de la pederastia ya está incluida en nuestro Código Penal, aunque no aparezca como tal. En España hacer apología de un delito es un delito. Si haces apología del terrorismo, eso es delito. Del mismo modo, si haces apología de la pederastia, también es un delito y es igualmente denunciable. Por lo tanto, si ves que alguien hace apología de la pederastia en las redes, o donde sea, no lo compartas, denúncialo. La policía tiene perfiles en las redes sociales, solo tienes que compartirlo con ellos y ellos te darán instrucciones. Denunciar la apología es mucho más útil que diseminar el mensaje porque te ha provocado y has entrado en reactancia. Tenemos que ser más inteligentes que los pederastas si de verdad queremos ayudar.



Por otra parte, es mentira que los ciudadanos españoles podamos solicitar la inclusión de un delito nuevo en el Código Penal. Si te han convencido de que firmando una solicitud vas a conseguir que el Congreso español incluya una nueva ley en el Código Penal, te han engañado. Los ciudadanos no pueden hacer eso porque en España la Iniciativa Legislativa Popular no puede afectar a ninguna Ley Orgánica y el Código Penal es Ley Orgánica porque afecta a nuestros derechos fundamentales.


Mi intención con esto no es la de desanimar a nadie. Solo pretendo guiar en la dirección correcta. Muchas de las acciones que nos invitan a realizar solo sirven para distraernos y para hacernos perder el tiempo, mientras los pederastas siguen actuando impunemente. Podríamos hacerlo bien si estuviéramos bien informados, y eso es lo que yo pretendo aquí. No hay ninguna necesidad de cambiar el Código Penal para acabar con la pederastia o su apología, basta con denunciar. Si de verdad quieres ayudar a pararlo, no pierdas el tiempo ni les hagas más fuertes diseminando su ideario, denuncia.


- La Espiral del Silencio

Para que estas técnicas tengan el efecto deseado, las personas deben estar sujetas también a la presión social de alguna forma. De eso se encarga la espiral del silencio. La espiral del silencio es una teoría del área de la ciencia política propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann que nos explica cómo los individuos adaptamos nuestro comportamiento a las actitudes predominantes sobre lo que es aceptable en la sociedad. Los seres humanos somos animales gregarios que vivimos en grupos; lo que otros hagan nos importa y nos afecta porque dependemos los unos de los otros. Por eso, como recurso de supervivencia las personas sondeamos continuamente cómo piensan los demás y qué cosas hacen otros para adaptarnos. Algunas personas, muy pocas, serán capaces de llevar la contraria al grupo; la mayoría no. De esta forma, si tienes una opinión que casi nadie comparte, la tendencia es al silencio. Y de ahí la espiral del silencio. Cuanto más callan aquellos que van en contra de las ideas de la aparente mayoría, más fuerte aparece el mensaje de los otros. Así es como se imponen en la sociedad ideas que se perciben como mayoritarias, aunque no lo sean.


Si quieres manipular a la población e introducir entre ellos una idea concreta, primero debes hacerles pensar que la mayoría de las personas en su grupo social están de acuerdo con esa idea, aunque sea mentira. Neumann teoriza sobre que la sociedad amenaza con el aislamiento a los individuos que expresan posiciones contrarias a las asumidas como mayoritarias, y se da por sentado que la mayor parte de las personas tienen miedo al aislamiento. Por eso muchas personas, aunque piensen diferente, no lo dirían nunca, porque tienen miedo a quedar aislados.


Este silencio casi forzado solo aumenta la sensación de normalización y la creencia de que algo ha sido aceptado como bueno y que ha entrado en la ventana de Overton. En el contexto de la pederastia vimos un buen ejemplo de cómo funciona esto en el vídeo sobre la charla TED de la que hablábamos antes. En este caso, lo que nos llevaría a entrar en la espiral del silencio sería la reacción del público que observa la charla. No vemos reacciones de ofensa en la audiencia. Sorpresivamente aquí no hay reactancia, a pesar de estar haciendo una clara apología de la pedofilia y de ser esta una amenaza a la sociedad. Nadie se levanta ni hace un gesto de rechazo; nadie grita ni mueven pancartas a pesar de que muchas personas ahí debían estar molestas e incluso ofendidas, pero no se ve reactancia. Es una muestra más de que la reactancia se controla fácilmente en la población. Es un arma de manipulación poblacional.


Pero en el contexto del que hablamos, lo que nos importa aquí es que el efecto que se consigue con estas imágenes es el de hacerte creer que todo el mundo en esa charla acepta con normalidad lo que dice la chica, porque la charla destila normalidad. Y si consiguen hacerte creer que otras personas han aceptado la pedofilia como una orientación sexual más con normalidad, tú también lo harás, porque no quieres ser diferente de otras personas. Aunque por dentro sientas repulsa, nunca lo dirás.


Y en realidad esto tiene que ser justamente lo contrario. Debemos aprender a distinguir estas trampas y no caer en ellas, como los lectores del diario El Español que supieron acallar la apología de la pedofilia a tiempo. Ya lo hemos comentado, la reacción ideal aquí sería levantarse y abandonar el lugar.


- La Repetición

La repetición de mensajes y eslóganes es una técnica muy antigua usada en la publicidad y el marketing para influir en las decisiones de compra de los consumidores. Se trata sencillamente de repetir un mensaje muchas veces para grabarlo en nuestra memoria. Psicológicamente hablando, la repetición tiene el efecto de volver receptivo al cerebro, facilitando el procesamiento de la información. Es un tipo de primado más descarado. Normalmente se hace vinculando dos ideas o más, por ejemplo, el nombre del producto, el uso que se le da y un eslogan. O bien se usa con imágenes en formato vídeo donde se ve a alguien usando el producto acompañado del eslogan. Así las personas vinculamos las imágenes con el mensaje oral. Esto se hace normalmente en forma de rima o de canción, porque estos formatos ayudan a la rememoración posterior. En el contexto de la pederastia, la elección del acrónimo MAP ayudaría mucho a las personas a recordar a ese grupo de pederastas en particular. Map significa mapa en inglés; es casi como si nos estuvieran marcando el camino a seguir con su propio mapa…


Esta repetición de los mensajes no serviría solo en publicidad, además se usa para inducir ideas nuevas en la población. Por ejemplo, la “publicidad” de la pedofilia y de la pederastia en las redes sociales es cada vez más prominente. La sensación que le queda a uno es que las redes están llenas de pederastas o de personas que aceptan la pederastia como algo normal. Y eso induce la idea de que son muchos, cuando en realidad son muy pocos. Esto nos lleva a la espiral del silencio de la que hablábamos y a la percepción de que no se puede hacer nada contra ellos porque son muchos. Nos provoca indefensión.

Por otro lado, y volviendo a la publicidad, vemos también que la repetición excesiva de los mensajes produce cansancio en la audiencia. Los publicistas deben tener cuidado con no cansar a la audiencia con el mismo mensaje, porque si te agotas, dejarás de escucharlo y se te borrará de la memoria. De la misma forma, el hartazgo de cierto tipo de noticias en la pantalla lleva a que las personas dejen de prestar atención a ese tipo de noticias. Esta técnica se lleva a cabo en el momento actual con otro tipo de violencia sexual diferente de la pederastia. Nos saturan de noticias sobre violaciones en televisión a propósito para generar un cansancio para deshumanizarte. Se busca que al final no te importe, y funciona. Cuanto menos te importa, más aumenta la recurrencia, y cuanto más recurrente es, menos te importa. Tarde o temprano veremos que lo harán también con la pederastia. Nos saturarán con noticias de violencia sexual a menores hasta desensibilizar a la población y eso es lo peor que nos podría ocurrir como especie, que la violencia sexual contra la infancia deje de importarnos.


Personalmente solo conozco un antídoto contra la repetición, y es apagar la pantalla.



- La técnica de la estigmatización

A lo largo de todo el podcast hemos visto cómo se usa la estigmatización de forma sistemática como medio para resolver el problema de la pedofilia. Nos presentan al pedófilo como un ser socialmente estigmatizado porque no lo aceptamos tal y como es. Se intenta apelar a la compasión argumentando que la solución es aceptarlos tal y como son, usando los mismos argumentos que en su día se usaron con los homosexuales. Solo que aquí no hablamos de homosexuales…


De nuevo aparece la vinculación con todo lo LGTB. Y es que para la promoción de la pederastia se está usando el mismo molde que se usó para la homosexualidad, incluida la retórica de la intolerancia, frente a la simpatía por el grupo oprimido. La intolerancia se usaría como arma arrojadiza dentro de la técnica de la estigmatización. Es decir, si no estás por la normalización de la pedofilia como una orientación sexual más, estarás estigmatizando a este “grupo oprimido”, y por lo tanto, eres un intolerante. Esto vincula con la espiral del silencio de la que hablábamos y con la forma de organizar las ideas en forma de dicotomías. Si no estás en un extremo estás en el opuesto. Durante años nos han adoctrinado para tener una idea concreta sobre la homosexualidad, y se usó la intolerancia para marcar a todos aquellos que no entraran por el aro del adoctrinamiento. Al mismo tiempo, se usó la simpatía por el grupo oprimido para marcar a los que aceptaron el adoctrinamiento sin reparos (estas suelen ser mujeres). Frente a los intolerantes, tenemos a las personas que sin ser homosexuales son simpatizantes, y que se ocupan de dar ejemplo de lo que todos los demás tenemos que ser. Ellas representarían el molde al que los demás nos tenemos que adaptar. Si no eres simpatizante, es que eres un intolerante. En ese sentido, si no quieres ser tachado de intolerante, tienes que mostrarte como simpatizante.


Pues bien, esta misma táctica que se usó con la homosexualidad se está usando ya con la pedofilia. Y con esto no quiero decir que sean la misma cosa o que estén vinculadas. Existen pedófilos homosexuales como heterosexuales y no es la orientación sexual lo que los hace ser así.


Y no debemos permitir que nos manipulen con la compasión o con la amenaza de la intolerancia (de nuevo el miedo al aislamiento…). En ese sentido, debemos decir muy alto que los adjetivos no estigmatizan, sino que sirven para clasificar: Un señor que comete un acto terrorista es un terrorista. Un señor que se masturba mirando a menores desnudos es un pedófilo, y eso no es estigmatizar, sino clasificar. Y sí, necesitamos valernos de las palabras para denominar a las personas y su comportamiento. Las clasificaciones nos sirven para comunicarnos de forma efectiva. Y tengamos en cuenta que los pederastas, los pedófilos y todos sus afines usan la libertad de expresión como argumento para decir lo que quieren. No podemos aceptar el argumento de la estigmatización por llamarlos por su nombre, porque estaríamos aceptando una especie de censura en nuestra libertad de expresión. Si me censuraran a mí por decir lo que digo me están estigmatizando a mí y parece que si los estigmatizados somos los antipederastas, eso no importa. No vendrán hordas de mujeres ofendidas a mover pancartas por mis derechos, ¿a que no? Ellos no serían considerados intolerantes por eso, aunque lo sean claramente.


No debemos tolerar que solo el pederasta tenga libertad de expresión, así que exprésate con toda libertad contra la pederastia y no permitas que te censuren o que te acallen.


Por un mundo mejor


Ya hemos hablado en toda la entrada de las mejores formas de reaccionar ante las provocaciones pederastas, pero vamos a explicar alguna cosa más. Primero debo aclarar algo, y es que a muchas personas les puede parecer que los mensajes que envío son contradictorios. En la entrada sobre el ideario pederasta hablaba de cómo debemos responder a las provocaciones de los pederastas confrontándolos y decirles cosas como “estás hablando como un pederasta”. Muchos pensarán que eso es contradictorio con el hecho de dejar las redes sociales o hacer la técnica del vacío abandonando el lugar. En realidad son respuestas diferentes a contextos diferentes, aunque se pueden aplicar de igual manera. Vamos a explicarlo mejor:


Si estamos en un contexto personal en donde haya alguien haciendo apología de la pedofilia o de la pederastia podemos optar por hablar claramente y hacerle frente, para que entienda que no vamos a tolerar que haga eso y dando ejemplo a otras personas. No te cortes en decir claramente a alguien que está hablando como un pederasta o que sus argumentos son de pederasta si así lo hace. Esto no es lo mismo que decirle a alguien “eres un pederasta”. Esto último no lo recomiendo puesto que es denunciable. No puedes llamar a una persona pederasta sin evidencias. Te denunciarán y tendrás problemas. Ahora bien, puedes afirmar que alguien habla como un pederasta sin miedo a que te denuncien. También puedes optar por hacerle la técnica del vacío y darle la espalda y marcharte.


Si el contexto en el que te encuentras es más como el del vídeo TED del que hablamos, en un teatro, o en una sala de eventos o etc., y alguien hace apología de la pederastia, lo que yo recomiendo es la técnica del vacío, esto es, levántate sin decir ni una palabra y abandona la sala. Entenderán la indirecta y les darás ánimos a otras personas que quieran hacer lo mismo y no se atrevan. Antes de irte, si lo deseas, puedes dejar claro que te vas porque esa persona está haciendo apología de la pederastia y tú estás en contra de eso, como lo harías en el ejemplo anterior.


Con respecto a las redes sociales, como vengo diciendo, no podemos caer en la trampa de pensar que los argumentos pederastas son la idea dominante, o que ellos son mayoría o siquiera que son “muchos”. Recordemos que son una minoría a pesar del ruido que hacen. Si no quieres irte de las redes sociales y te encuentras con material que consideres apología de la pedofilia o la pederastia, recuerda que puedes denunciarlo, o por lo menos, informar a la policía. Hagas lo que hagas, sobre todo, no lo difundas. No lo compartas con tus amigos para hacerlo viral, porque solo estarás ayudando a los pederastas.


En general, la recomendación con respecto a la pederastia en siempre la misma: no te dejes llevar por la indefensión ni por la rabia ni por la reactancia. Tampoco mires para otro lado ni hagas un desvío de responsabilidad, porque para arreglar esto hacemos falta todos. Tenemos que ser más astutos que ellos y reaccionar a tiempo. No difundas su ideario y no caigas en las trampas que nos ponen. Si tienes dudas pregúntale a la policía. Utiliza tu sentido común y piensa primero qué efecto tendrá cualquier acción que tú realices.


Si no hacemos nada para pararlo y seguimos por este camino, no solo estaremos obligados a aceptar la pederastia como algo “normal” sino que los individuos que se autoperciban dentro de esta categoría, al pertenecer a una minoría supuestamente oprimida, tendrán más derechos que ningún otro ciudadano, como ya ocurre con algunas minorías. En esa circunstancia podrán incluso aspirar a tener prebendas sociales para vivir una vida más cómoda. Las leyes los protegerán más y mejor que a los demás y si denuncian a alguien por haberlos ofendido, uno de esos delitos de odio tan de moda hoy, será el denunciado el que tendrá que demostrar que no ofendió a nadie. Será el paraíso de los pederastas.


Por supuesto, esto solo ocurrirá si no hacemos nada, pero estoy segura de que entre todos podemos parar esto. No debemos aceptar el chantaje emocional ni la retórica de la estigmatización o la intolerancia, porque si las personas de bien rechazamos la pederastia no es porque seamos anticuados o intolerantes, sino porque la pederastia es un Delito de Lesa Humanidad* (y si no lo es debería serlo) que nos destruye a todos como individuos y como civilización.


Puedes escuchar el podcast correspondiente a esta entrada aquí.






*Delito de Lesa Humanidad – RAE

Delito en que el perjuicio (muerte, violación, desaparición, deportación, detención ilegal, sometimiento a esclavitud o explotación sexual, etc.) se ocasiona como parte de un ataque generalizado o sistemático contra la población civil o una parte de ella, o por razón de pertenencia de la víctima a un grupo o colectivo perseguido por motivos inaceptables (políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género, discapacidad u otros reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional), o en el contexto de un régimen institucionalizado de opresión y dominación sistemáticas de un grupo racial sobre uno o más grupos raciales y con la intención de mantener ese régimen.

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